Anthony Browne
Durante los días de confinamiento, entre catálogos de libros y reedición-revisión de actividades para realizar en un futuro en las Bibliotecas Municipales de Leganés, redescubrí a un autor que ya me “enganchó” en su momento. Se trata del inglés Anthony Browne.
La lectura de muchos de sus libros es infinita, entendida esta infinitud como un redescubrimiento en cada una de sus ilustraciones, que nos presentan nuevos matices, nuevos elementos cada vez que las vemos.
Tal como afirma Anthony Browne: “Uno narra a través de las imágenes y a través de la palabra, y es mucho más fácil si se hacen las dos cosas a la vez”. La narrativa es sencilla, se desarrollan historias lineales en un tiempo determinado, que con ayuda de las imágenes proporcionan numerosas lecturas a la vez. Su escritura se encuentra en un agradable tono y llena de humor, y parte de lo más próximo a la realidad para introducir lo fantástico. Bajo la máxima de nada es lo que parece, lo cotidiano se suele acabar transformando, adquiriendo una dimensión especial que reclama del lector una actitud más atenta, para ir más allá de las palabras confrontándolas con las imágenes.
Resulta bastante común en el autor el empleo de animales como protagonistas, que tienen atribuidos cualidades y comportamientos humanos, y especialmente del niño. Los más frecuentes en sus álbumes son los cerdos, y sobre todo, gorilas, y chimpancés, con los que muchos niños se identifican. Por tanto, el antropomorfismo permite a Browne acercarse con cualquier temática al niño sin ser a veces demasiado literal sobre determinados aspectos, y suavizando así la trama de forma distinta.
Sus meticulosas ilustraciones casi siempre incluyen sutiles y conocidas referencias culturales, y numerosos toques de humor visual. En sus historias coexiste lo sarcástico con el universo íntimo de sus personajes, la técnica realista con elementos surrealistas para el lector, animales antropomórficos con personas que actúan como animales, y niños de diferentes caracteres. Todo ello lo realiza con una clara intención, provocar en el lector un profundo e inmediato placer por sus relatos, a la vez que reclama volver a ellos.
Yo he estado trabajando con tres de sus obras: Voces en el parque, Zoológico, y En el bosque. La primera, Voces en el parque, ya ha materializado en una actividad que podéis ver en este enlace o pulsando sobre la imagen:
… y que cuando podamos realizaremos en directo en la sala infantil de la Biblioteca Municipal Rigoberta Menchú.
Zoológico, por su riqueza temática, la incluiré si es posible en alguna actividad futura.
En el bosque forma parte de una actividad sobre cuentos clásicos que esta preparada.
Así que no se extrañen si en alguna actividad de nuestras bibliotecas aparecen libros de Anthony Browne, el culpable soy yo y colateralmente quien me las permita hacer.
Mientras tanto disfruten de la bibliografia del autor en las Bibliotecas Municipales de Leganés
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